Recuerdos

Hacía veinticuatro horas que habían enterrado a su madre. Su padre había fallecido cuatro años antes.

Fue a la que había sido la casa de sus padres. Paseó por todas las habitaciones. Los recuerdos de su infancia en esa casa, su adolescencia y hasta que salió de la misma —hace ya treinta años, cuando se casó— brotaron en su mente.

Lo que más le dolía era la sensación de soledad que embargaba su corazón. Cada lugar de la casa le traía un recuerdo, bueno o malo, según las circunstancias vividas en cada momento.

La cocina era el lugar favorito de su madre.

El patio de la vivienda ya no era el de su infancia. Se había construido en él, agrandando así las dependencias de la casa. Cuando era un niño, estaba dividido en dos zonas. La del final era usada para la cría de gallinas. También recordaba que había algún pato y, sobre todo, una lagareta, donde siempre criaban dos cerdos que, para finales de noviembre o primeros de diciembre, mataban. Evocó el fortísimo olor a Zotal, un producto que se echaba tras limpiar el habitáculo para desinfectarlo. Sufría mucho cuando a los cerdos les daban matarile.

Más tarde comprendió lo que suponía poder matar los cerdos en la economía de su hogar.

El comedor era el lugar más entrañable de la casa. Allí pasaban la mayor parte del día, sobre todo desde que la televisión invadió los hogares. Aquella primera, en blanco y negro, era enorme. La compró su padre cuando volvió tras seis meses de trabajo en Francia. Antes solo podía verla, junto a sus hermanos, en el portal de una vecina que llamaba a todos los niños de la calle y les ponía la televisión. Recordó series como El túnel del tiempo, Bonanza, Superagente 86, Viaje al fondo del mar… Es complicado quedarse con una sola —pensó— para señalar cuál era la mejor. No pudo evitar tararear la canción que los hermanos Mala Sombra cantaban en el programa infantil Los Chiripitifláuticos:
“Somos malos, mala sombra,
somos malos de verdad,
somos como una espina
que solo sabe pinchar.”

Sintió un pinchazo en su pecho. Le faltaba el aire y se dispuso a salir rápidamente de la casa. Antes de salir, pulsó el interruptor automático y bajó todos los magnetotérmicos de la vivienda. Esta quedó a oscuras. Echó una última mirada al interior y la tristeza dolía en el alma. Aquella casa —la que había sido su casa—, donde hasta ayer había vida, cerraba sus puertas, sus recuerdos, su pasado. Allí quedaba, con un futuro incierto.

Sus hermanos y él mismo tenían su propia vivienda. Sabía que esa la pondrían en venta, ya que en alguna ocasión habían hablado de ello, y por unas circunstancias u otras nadie podía hacerse con ella. El pellizco que supusiera la venta sería un buen colchón de estabilidad económica para todos.

La soledad de la vivienda, el silencio que sintió al cerrar la puerta, el vacío que percibía en su corazón, le hicieron sentirse tan abatido que rompió en un llanto silencioso.

Solo fue roto por el recuerdo de sus padres y su abuela, con quienes había compartido treinta años de su vida allí, en esa casa, y que ahora ya no estaban. Solo le quedaba el consuelo de saber que, allá donde estuvieran, solo podía ser un lugar mejor que la vida que ellos habían tenido, llena de sufrimiento por penurias económicas. La tragedia de la muerte de su abuelo cuando su madre tenía solo nueve años, y la emigración de su padre a Francia por trabajo para poder sacar adelante a su familia. Veintisiete años yendo al país vecino.

Hoy adivinaba el dolor de su padre al encontrarse en Francia cuando su esposa —su madre— da a luz a su primer hijo y hallarse tan lejos de ambos.

Miró de nuevo la casa antes de montar en su vehículo, y cayó en la cuenta de que, si las casas hablaran, podrían contar tantas cosas… tantas vidas vividas en ellas.

Circulando por el que había sido su barrio —el barrio de sus padres—, comprobó que bastantes viviendas se habían transformado en casas más modernas, hasta con varias plantas. En otras había carteles de “SE VENDE”.

Pensó: No solo se mueren las personas, sino que algunos barrios también se mueren o se transforman, perdiendo su identidad.

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