RELATOS DE HISTORIA (LIBRO)

Ana María de Soto Alhama.
La soldado estanquera

En Aguilar de la Frontera el 16 de agosto de 1775 nació Ana María de Soto Alhama, una valerosa mujer conocida en su época como la “soldado estanquera”. Lo que nos lleva a pensar que no solo grandes personajes de la historia debemos conocerlos y llenarnos de orgullo por sus hazañas. En la historia también hay personajes de menor rango que, no por ello, fueron menos grandes sus hechos. Es el caso de esta mujer que disfrazada de hombre se alistó en la Infantería de Marina en el año 1793.

La poca información que se ha obtenido en la investigación de este personaje nos da como hechos ciertos la fecha de su alistamiento como soldado en la sexta compañía del undécimo batallón de Infantería de Marina, bajo el nombre de Antonio María de Soto. Embarcó en la fragata Nuestra Señora de la Mercedes el 4 de enero de 1794 y desembarcó el 18 de septiembre del año siguiente. Embarca de nuevo el 22 de septiembre de 1795 y en la que permanecerá más de un año. El 18 de diciembre de 1796 se embarca en la Santa Dorotea, hasta que el 26 de enero vuelve a hacerlo en la fragata Nuestra Señora de la Mercedes. Participa en los ataques de Banyuls, en la defensa de Rosas y en la batalla del Cabo San Vicente, que supone la derrota española contra los ingleses el 14 de febrero de 1797. A bordo de la fragata Matilde, participa en la defensa de Cádiz contra la escuadra inglesa y en las lanchas cañoneras organizadas por el general de Marina D. José Mazorredo. El 7 de julio de 1798 desembarca de la fragata Matilde, ya descubierta su verdadera naturaleza, tal y como se recoge en la solicitud de pago de pensión que consta en el Archivo General de la Marina, al habérsele concedido el grado de sargento primero de los Batallones de Marina. 

La novela de Alicia Vallina “Hija del mar” me ha acercado a conocer el personaje. Un personaje que a mí personalmente me ha cautivado. Sin duda, la novela nos ha presentado una mujer dispuesta a luchar en un mar de hombres, sabiendo que si era descubierta, no solo sería echada de la marina, sino que sin duda sería condenada a muerte. Lo cierto es que debieron producirse unos hechos muy valerosos en su etapa de infante de marina, que llevaron a que el rey Carlos IV le concediese el privilegio de licencia de estanco en la localidad cordobesa de Montilla. Aquí falleció a la edad de 58 años el día 4 de diciembre de 1873.

Sin duda, Ana María de Soto era una mujer única en su tiempo que vivió con la valentía de quien no se entrega a su destino establecido. Quizás la libertad por la que pudo haberle llevado a ser soldado en una época en que la mujer no era libre ni para elegir el amor, fue una libertad que le supuso pagar una serie de peajes: el de la soledad, la incertidumbre, la incomprensión y el miedo.



Bernardo de Gálvez y Madrid 
(I Conde de Gálvez)

Un pequeño pueblo de la provincia de Málaga (Macharaviaya), enclavado en la comarca de la Axarquía, fue la cuna de un hombre prácticamente desconocido para la opinión pública española, mexicana y estadounidense.

Su legado y reconocimiento se agrandó el 16 de diciembre de 2014 cuando el presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, firmó la resolución conjunta del Congreso estadounidense por la que se concedía la ciudadanía honoraria de los Estados Unidos a Bernardo de Gálvez, por su relevancia en la guerra de independencia estadounidense ocurrida entre 1775 y 1783.

¿Quién fue Bernardo de Gálvez?

Bernardo de Gálvez y Madrid, I conde de Gálvez, nació en Macharaviaya (Málaga) el 23 de julio de 1746 y falleció en Tacubaya el 30 de noviembre de 1786. Fue un militar y político español, héroe de Pensacola, virrey de Nueva España y, como he referido a título póstumo, ciudadano honorífico estadounidense.

No hablaré de sus campañas como militar porque no pretendo que esto sea una biografía; yo pretendo solamente dar a conocer a Bernardo de Gálvez dando a conocer la importancia que tuvo en la guerra de independencia de Estados Unidos. El propio George Washington, por su contribución a la derrota británica y su participación activa en favor del Ejército Continental, ya le nombró ciudadano honorífico de los Estados Unidos. Su retrato figura con los del resto en la sala de fundadores del Congreso de los Estados Unidos.

Desde su cargo de Gobernador de la Luisiana, apoyó desde el principio la guerra de Independencia delos Estados Unidos y negoció directamente con Thomas Jefferson, Patrick Henry y Oliver Pollock. y Charles Henry Lee. Gálvez bloqueó el puerto de Nueva Orleans para que los navíos británicos no pudiesen utilizar el río Misisipi y también facilitó el tránsito de los rebeldes estadounidenses a través de todo el territorio al sur de la zona de guerra, ayudando al envío de armas y municiones destinadas a las tropas de George Washington y George Rogers Clark.

En 1781, aprovechando la mayor velocidad de los correos marítimos españoles, es informado de un nuevo comienzo de hostilidades entre España e Inglaterra. Toma las plazas de Mobila y Pensacola. Poco tiempo después, Gálvez se apoderó de la isla Nueva Providencia en las Bahamas, abortando el último plan británico de resistencia, con lo que mantuvo el dominio español sobre el Caribe y aceleró el triunfo de las armas estadounidenses.

No cerraré esta referencia de este malagueño (macharatungo) para más señas sin reseñar que la ciudad del condado de Galveston en el estado estadounidense de Texas, ubicada al noroeste del golfo de México. Debe su nombre a su fundador, Bernardo de Gálvez. Y que aquí protagonizó un hecho, y es que después de protagonizar el ataque a los fortines británicos, facilitando la independencia de Estados Unidos de Inglaterra, al grito de “yo solo”, apodo heroico por el que, aun en nuestros días, es recordado y es considerado padre fundador de Estados Unidos, por cuyo motivo le hace tener su retrato en el Capitolio de dicho país.

Además, contaré lo siguiente, que puede ser una leyenda o no: a pesar de que el “pequeño regalo” de Gálvez se suele contar como una anécdota, llama la atención que existe una pequeña placa que los americanos dieron a la ciudad de Málaga “en gratitud por la ayuda económica proporcionada por Gálvez en la Guerra de la Independencia de EEU”. Dicha placa está expuesta en el patio interior que da acceso a la Iglesia del Sagrario. La anécdota no es otra que el dinero destinado para la construcción de la torre que le falta a la catedral de Málaga, que fue destinado por mediación de Bernardo de Gálvez a la guerra de la Independencia de los Estados Unidos. 





Bulnes (Asturias)

Bulnes es una de las aldeas más remotas de España y solo se podía acceder caminando, como se ha hecho desde tiempo de los romanos, por el canal de Texu. Un canal de alta montaña desde Poncebos a unos 5 km., por el cual se tardaría entre una hora y media o dos, según tu condición física. Pues bien, desde 2001 puedes subir por un tren cremallera”. Esta maravilla de la ingeniería cambió desde entonces el ir a pie o con mulas de carga para poder transportar víveres y productos de necesidad.

El tren cremallera (o funicular) en apenas 7 minutos te lleva a Bulnes, desde Puente Poncebos, salvando un desnivel de 400m. Y unos 2250m. de recorrido. Cierto es que para llegar a la aldea aún hay que caminar por una cómoda y espaciosa senda unos 5 minutos.

Cuando desembarcas a más de mil metros de altitud, en medio de cumbres que te abrazan literalmente,

la sorpresa es mayúscula y la sensación es la de haber traspasado una frontera. No puedes dejar de imaginar a los pobladores de los Picos, en el supremo ejercicio durante toda su vida para su supervivencia en el medio natural.

En pleno Macizo Central de los Picos de Europa, en el Concejo de Cabrales. Allí descubriréis un idílico paisaje. Con vistas panorámicas.

Bulnes es el punto de partida de muchos montañeros que se deciden a llegar al lugar más complicado e inhóspito. El pico Urriellu, el famoso Naranjo de Bulnes.

Hermosas casas de piedra que se disponen formando callejuelas empedradas te invitan a pasear y a perderse por ellas.

El silencio, solo roto por el fluir del agua o el canto de algún pájaro, te hará volver a la realidad, porque tú te habrás transportado a un pasado.

Yo en mi ensoñar me había imaginado ser un soldado. Refugiados en este inhóspito lugar, tras haber sido vencidos por los musulmanes en el mes de julio del 711 en la batalla de Guadalete, el ejército del rey Rodrigo, los que sobrevivimos, vinimos a cobijarnos a este agreste lugar, presumiblemente a esta aldea.

Don Pelayo y sus seguidores, asturianos, cántabros y nobles godos, formamos un pequeño ejército frente al contingente del ejército invasor que ya en el año 715, puede decirse que toda la Península Ibérica está bajo control musulmán.

Don Pelayo, portando la espada de su padre, el duque Favila, nos arengaba a luchar contra esos bárbaros que habían invadido la península ibérica.

—Siendo hombres del desierto, estos lugares les serán inaccesibles y, por lo tanto, jamás tomarán posesión de estas tierras. El rey Rodrigo ha muerto; yo mismo enterré su cadáver en el Vise; los monjes benedictinos son testigos de ello. Es a nosotros a quien se nos da la obligación de reconquistarla y de reconstruir la unidad católica de la época visigoda; yo mismo hincaré mis rodillas a quien de nosotros nombréis rey.

Nombrado rey a D. Pelayo. En el 722, la victoria de la batalla de Covadonga sobre los musulmanes dará lugar más tarde al Reino de Asturias. Surge de este modo el primer reino de la España cristiana y de la reconquista. Puede decirse, por tanto, que Asturias es el embrión de lo que hoy es España”.

He vuelto a la realidad, descubriendo que entre las brumas del tiempo existe un territorio mítico; en Bulnes tendréis la impresión de haber traspasado una frontera; jamás había sentido esa sensación en ningún otro lugar.

Solo me resta despedirme y animaros, amigos, seguidores y lectores, a visitar Asturias. En el corazón de la costa norte española, hallaréis un paraíso natural y un lugar de una belleza extraordinaria.



El castillo de Belalcázar
(Primera parte)

Si vuestras mercedes lo desean, van a conocer la historia del castillo de Belalcázar, y un poco de la historia de mi familia, y para ello, yo, el primer conde, tendré a bien contárosla.

La familia de mi abuelo Gutierre de Sotomayor estaba vinculada a la orden de Alcántara desde el siglo XIV, siendo posiblemente mi trastatarabuelo, fray Pedro Alfonso de Sotomayor, el primer miembro de la orden.

Juan de Sotomayor, hermano de la madre de mi abuelo, fue comendador de la orden y después su maestre en 1426 hasta 1432. Este nombró clavero de la orden a mi abuelo y comendador a partir de 1427.  En 1432 mi abuelo pasó a sustituirle, pasando a ser el maestre de la orden. 

Mi abuelo, el 6 de noviembre de 1444, del Rey Juan II de Castilla recibe en donación la Villa de Gahet (o Gahete), derivado del nombre árabe Gafit, y su término, junto con Hijonosa, Fuente la Lancha y Villanueva, en agradecimiento a los servicios prestados en la guerra civil contra los Infantes de Aragón.

Mediante dos privilegios rodados, son ratificadas estas donaciones el 30 de agosto de 1445.

Os preguntaréis: "¿Qué es un privilegio rodado?". Comenzaré diciendo a vuestras mercedes que estos privilegios fueron instituidos por don Fernando I en 1038.

Un privilegio rodado es un privilegio real que se concedía antiguamente, y después de la data se formaba una rueda, en cuyo centro se ponía el signo o sello real y, por tanto, se llamaba así por la rueda que en el medio tiene con las armas reales y en el círculo interior va el nombre del rey y en el de afuera el de su mayordomo mayor y a los lados los infantes. A la mano derecha firmaban los prelados y ricos hombres de Castilla y a la izquierda los de León y Galicia.

Volvamos a mi abuelo; este concertó el matrimonio de su hijo (mi padre), don Alfonso de Sotomayor, con doña Elvira de Zúñiga, hija del conde de Plasencia. (Mi madre). Con este enlace se aseguraba acrecentar el patrimonio familiar y perpetuar el linaje, tan próximo a la Corte. Ya que mi madre, doña Elvira de Zúñiga, era amiga íntima de la reina Isabel I de Castilla.

Como curiosidad, sepan vuestras mercedes que el Convento de Santa Clara de la Columna que se encuentra en la localidad de Belalcázar fue fundado por esta reina.

Mi abuelo, que había nacido en Puebla de Alcocer, localidad de la provincia de Badajoz, en el año 1400, falleció después del 12 de octubre de 1453. Mi padre Alonso de Sotomayor tenía 18 años cuando sucedió a mi abuelo.

Mis padres inician la construcción de un alcázar o castillo en la villa de Gahete. El castillo se halla sobre un promontorio artificial, fruto de las numerosas civilizaciones que aquí se han asentado. Rodeado de un foso, la construcción se compone del castillo bajomedieval de la segunda mitad del siglo XV y el palacete renacentista del siglo XVI. En lo más elevado del montículo, se construye el bello alcázar que cambia el nombre de la villa (Gahete) por Belalcázar.

Belalcázar es la contracción de dos palabras, bello y alcázar. Y ciertamente eso aún hoy en día puede decirse de este castillo, así como que su impresionante torre del homenaje, lujosamente ornamentada, desproporcionada aunque de gran belleza, hace de este alcázar el castillo más alto de toda la península ibérica.

El castillo, de excelente cantería de granito, ofrece una disposición cuadrangular, con altos y robustos muros que aparecen jalonados por ocho torres prismáticas, en correspondencia con el centro, cada uno de los flancos y las esquinas. Tanto los lienzos de muralla como las torres se enriquecen en su coronamiento con una apretada línea de modillones que, obviamente, embellece la imagen del conjunto. Durante el primer tercio del siglo XVI se le añadió una lujosa zona palaciega de estilo renacentista.

Es de reseñar también la amplia mazmorra aún conservada en los subterráneos del castillo, así como el aljibe y las caballerizas.

Tal vez se iniciasen las obras en 1450, que finalizaron con un cambio en el diseño original y necesarias reformas interiores para acondicionarla como vivienda por parte de mis padres, don Alfonso y doña Elvira, acabándose en 1483. Mi padre no pudo ver el castillo acabado, ya que falleció de muerte violenta a la edad de veintiocho años, en La Deleitosa. Era el año 1464. 

De aquellas villas que, por concesión del rey Juan II, mi abuelo crea el señorío de Gahete; estas pasan a ser un condado, pues el rey Enrique IV en 1466 me concede a mí el título de conde de Belalcázar. Yo había nacido en 1453.

Ciertamente, fui el primer conde de Belalcázar. Yo, Gutierre II de Sotomayor, apodado el conde Santo. (1466-1474). Y he de significar no sin cierto orgullo que, mientras ostenté el título condal junto con mi madre Elvira de Zúñiga, dimos un gran impulso en la construcción del alcázar.

¿El conde santo, por qué? Pues simplemente porque renuncié al condado a favor de mi hermano pequeño Álvaro, con la condición de que cambiase su nombre a Gutierre, pasando así a ser el segundo conde de Belalcázar. Gutierre de Sotomayor (antes llamado Álvaro, 1474-1484). Se casó con María de Velasco, hija de una prima de Fernando el Católico. Como curiosidad, la reina Isabel I de Castilla apodó a mi hermano como el conde Lozano.

Yo tomé los hábitos, ingresé en un monasterio de la Orden de los Jerónimos y fui conocido como fray Juan de la Puebla. Posteriormente, tomé los hábitos franciscanos y marché a Roma, donde viví en un humilde convento.



                                    

                                                                   El castillo de Belalcázar
(Segunda parte)

El juego de nuestra imaginación es incalculable y solo por ella y con ella podemos vivir, ensoñar fantasear, coexistir y habitar un pasado, me he permitido mientras escribía este artículo narrar la primera parte como si fuese ese personaje del siglo XV que nos ha dado unas pinceladas de historia y de su linaje, también del impresionante castillo que visité días pasados, y me ha hecho soñar con un pasado, que siempre que buceas en él, no hace nada más que depararte sorpresas, Ya que muchos años atrás en el tiempo, en el mismo lugar donde hoy se alza este castillo ya hubo una fortaleza romana, continuada luego en época musulmana, de la que todavía subsiste un importante testimonio en la cerca exterior, que se mantuvo como primera línea de muralla con torres albarranas sobre el arroyo Caganchas.

Una curiosidad que me ha sorprendido es saber que hasta 1883 Belalcázar y su comarca formaban parte de Extremadura.

Retornemos a nuestro tiempo.

Me hallo aquí en el tiempo presente en este castillo que hoy pertenece a la Junta de Andalucía. Voy a tratar de describir la visita que hice al castillo de Belalcázar.

En su entrada principal, la altura de los lienzos de muralla es de 20 metros; la pequeña puerta de entrada nos indica los parámetros defensivos que el mismo tenía. Vemos una puerta con altura suficiente para pasar un caballo con su jinete y con una anchura para que pueda pasar un carro. Si miramos hacia arriba de la puerta, podemos ver un hueco que ni mucho menos es una ventana, sino donde estaba ubicado el escudo de los Sotomayor y Zúñiga; también observamos unos anillos de argolla que servían para sostener los pendones de las familias nobiliarias.

La silueta por fuera está completa, conservándose bastante bien el aspecto exterior del mismo a pesar del tiempo pasado. Hay que destacar que pueden apreciarse agujeros en la piedra; estos son debidos a los cañonazos que sufre en la guerra de independencia contra los franceses. Es en esta etapa cuando su deterioro es notable, ya que habían ocupado la fortaleza y modificaron el castillo para convertirlo en almacén. Cuando pasamos al interior, el contraste es notorio; en el patio de armas prácticamente no queda nada, ni el claustro ni el suelo de granito, y los derribos que se han ido sucediendo hasta el día de hoy nos impiden acceder a las cocinas, las caballerizas, la mazmorras y al aljibe que hay en el patio. Hay que significar también que, por el expolio de los propios belacazareños, ha desaparecido mucha solería, vigas, etc.

La torre del homenaje es el lugar que podemos visitar; por su altura tiene cinco pisos. Nada más entrar en ella, podemos ver que ocupando toda su superficie hay un aljibe de doce metros de profundidad.  Nos llama también la atención los símbolos de los sillares, que son las marcas de cantero, y es una barbaridad, ya que hay hasta 83 marcas diferentes. Esta zona sería utilizada como bodega; los soportes de iluminación son los más básicos de todas las plantas de la torre. Aunque falta una arcada, estas son de medio punto de este a oeste y de norte a sur; la alta calidad de los sillares garantiza la estabilidad de la torre. En esta estancia hay una placa funeraria en mármol con una inscripción en árabe encontrada en una iglesia fuera del castillo, que si bien por faltarle un trozo no se sabe con exactitud el nombre, en el resto de la misma se puede leer: "Fue muerto en el campo de batallas en el mes del Rabadán".

También en piedra están los escudos de los Sotomayor y de los Zúñiga, si bien estos los quitaron los franceses de la parte superior de la torre, para poner ellos sus elementos de defensa.

El grosor de los muros de la torre desde la puerta de entrada es de cuatro metros. Y tiene un sistema de ventilación con ventanas aspilleras que sirve para mantener ventilado el aire de la sala. A medida que subimos, veremos cómo las ventanas se van reduciendo.

El grosor que hemos indicado de los muros permite hacer en el interior del muro las escaleras en caracol para subir a las diferentes plantas; además, en caso de ataque, la subida por las mismas imposibilita mucho el acceso a los atacantes. Igualmente, el suelo de madera de las diferentes plantas tenía también un elemento defensivo, ya que se podía desmontar en caso de ser atacado, impidiendo subir a las plantas superiores.

Acabaremos planteando una incógnita antes de subir a la siguiente planta, y es que no sabemos quién es Mateo Robles, pero su nombre está grabado en un sillar. Posiblemente el maestro de obras, pero hasta ahora es todo un misterio.

En la primera planta vemos dos puertas, lo que nos indica que es una estancia de paso.

No sin cierta dificultad, accedemos por las escaleras a la segunda planta; en ella vemos más soportes de iluminación; la ventana aspillera es más pequeña. Si se conservasen los suelos de madera, veríamos la policromía como un artesonado mudéjar. Como señalábamos anteriormente, el expolio en el siglo XIX en el castillo hizo estragos y en algunas casas de la localidad hay muestras de ello.

Subimos a la tercera planta, observamos pasar por el dintel de la puerta que da acceso a las escaleras de caracol el hueco del eje de la puerta.

Ahora subimos a las plantas nobles, cuarta y quinta planta; las tres no lo eran. En estas plantas el granito es más poroso; por lo tanto, es menos pesado. Ya no hace falta que sea el más pesado; la estabilidad de las torres está asegurada. Lo primero que nos llama la atención es un enorme balcón, que tiene una bonita vista, aunque orientado al patio para el oeste como símbolo de mayor defensa de la torre. Este balcón suele llamarse el balcón del Homenaje. Esta estancia y la siguiente, la decoración pasa del gótico al renacimiento. A esta altura de la torre veremos en el exterior una cadena que la rodea, que representa a los Zúñiga. El techo se refuerza con cuatro tímpanos semicirculares. En el centro vemos el escudo de los Zúñiga y vemos argollas que servían para colgar lámparas o candelabros, pues estamos en una zona noble y la iluminación es mayor que en las plantas inferiores. Esta estancia posiblemente sería un comedor. Se piensa que, al ser los suelos de madera una trampilla en el suelo y con un cajón nivelado, era por donde se subía la comida, porque por las escaleras de caracol no podía ser posible.

Para subir a la quinta planta, las escaleras de caracol son más fáciles. Llegamos al dormitorio; como en la anterior planta, el granito está más deteriorado al ser más poroso. Aquí tenemos una sola puerta, lo que nos indica que era obviamente el lugar más reservado, posiblemente el dormitorio. En el techo, una superposición de arcos de medio punto lo eleva; vemos en el centro el escudo heráldico de Sotomayor-Zúñiga y alrededor escudos de los Fernández de Córdoba que están vinculados a esta familia, si bien últimamente ha surgido otra teoría de que dichos escudos heráldicos fuesen de la familia Daza; esto es discutido y discutible.

La terraza. Estamos en el punto más alto de la torre, la cúpula que hay en ella al terminar de subir la escalera de caracol, único lugar donde la guardia podía refugiarse si hacía mal tiempo, y me ha sorprendido ver en la piedra tallado un “alquerque de 9”.

El alquerque de nueve, también llamado juego de los molinos, trataba de hacer molinos o líneas de tres fichas e ir capturando las fichas del rival.

El título de conde de Belalcázar aún está vigente. El actual conde es el vigésimo tercero y es don José Manuel de Zaleta y Alejandro; tiene siete títulos nobiliarios más y es el jefe de la Secretaría de Su Majestad la Reina Letizia.

Para acabar, es de bien nacido ser agradecido y he de señalar que aquellos que profesen pasión por los castillos, sin duda tendrán que tomar nota para una visita a este alcázar; sin duda no les defraudará.

Por mi parte, decirles que para mí ha merecido la pena y aprovecho desde aquí para felicitar a la empresa “Salsum (arqueología, gestión turística y cultura)” por la inmejorable mañana que nos hicieron pasar los dos profesionales (licenciados en historia) que nos acompañaron en la visita guiada al castillo de Belalcázar, por su sobresaliente conocimiento de la historia y su agradable manera de hacérnosla conocer, transmitiéndonos gran parte del entusiasmo que derrochaban para hacernos amenas sus charlas. De ellos he obtenido toda la información que aquí les transcribo. Gracias. Muchas gracias.



El gigante de la perla de Sefarat

El sorprendente hallazgo del cementerio judío medieval lucentino, descubierto cuando se realizaban las obras de la ronda Sur de Lucena en el año 2006, no solo suponía haber encontrado la necrópolis de la antigua Eliossana, que ha resultado ser la más grande excavada en nuestro país y la mejor conservada de Europa.

Son casi cuatrocientas tumbas las que se han localizado, posiblemente de la época de mayor esplendor de (La Perla de Sefarad), que era como se conocía a Lucena entre el siglo IX y el siglo XII, sino que además iba a deparar un desconcierto más, pues en la tumba 5, bautizada como TB.4., de la necrópolis, se descubrieron los restos de un hombre que llegó a medir más de dos metros, entre 2,07 metros y 2,20 metros. Su tamaño no ha podido ser calculado exactamente, ya que la excavadora se llevó por delante sus piernas. Pero sí se sabe que el tamaño de su mandíbula, superior a los 10 centímetros, era descomunal, mucho mayor que los 7,5 centímetros de media del resto de sus contemporáneos. Teniendo en cuenta que la altura normal de la época era de 1,50 cm, sin duda se puede decir que los restos pertenecían a un gigante.

La revista especializada alemana Anthropologischer Anzeiger publicaba hace dos años el caso de un gigante, refiriéndose al que aquí estoy relatando, el gigante de Eliosana, y en ella afirmaba que, según los resultados de las dataciones con carbono 14 realizadas, podría haberse tratado de un judío que habría vivido a mediados del siglo XI.

El enorme espécimen de la Perla de Sefarad probablemente padeció una enfermedad rara que hace que una glándula de la base del cerebro, la hipófisis, fabrique demasiada hormona del crecimiento. Dicha enfermedad se denomina gigantismo en los niños y acromegalia en los adultos.

Se desconoce la causa de la muerte del gigante a pesar de los estudios de paleopatología que se le han realizado a sus restos, en la Universidad de Granada, pero lo más probable es que falleciera de problemas de circulación o de corazón.

¿Quién era este gigante? Quizás nunca lo sabremos, apenas se conoce su nombre, ni sobre todo su historia, más allá de que murió con 30 años y lo que está documentado a hipótesis de los científicos, que el grandullón de al-Ándalus padecía esta rara enfermedad que le hizo ser un gigante.

De momento nos quedaremos con que podría ser el malagueño gigante que, según las crónicas, visitara a Alhakén en Medina Azahara, y que en su viaje, bien de ida o vuelta, a su paso por Lucena, muriese repentinamente aquí y sus familiares le diesen sepultura.

 


 Fávila

La trágica muerte del segundo monarca del reino de Asturias.

Tras aniquilar al destacamento musulmán que Munuza envía al refugio de Pelayo para acabar con la resistencia, en lo que se conoce como la batalla de Covadonga en el 722. D. Pelayo es coronado rey de Asturias en el llamado Campo de la Jura, cercano a Cangas de Onís. Su reinado durará hasta su fallecimiento en el 737. Casado con Gaudiosa, fruto de su matrimonio nacieron dos hijos: Favila y Ermesinda o Hermenesinda.

Favila sucedió a su padre D. Pelayo en el trono. Gobernó únicamente dos años, siete meses y diez días, desde 737 hasta 739, al encontrar la muerte por cometer la imprudencia de intentar cazar en solitario un oso que acabó con su vida en el año 737. Sitúan su muerte en los bosques cercanos a Canicas, y aunque no se conoce con exactitud el lugar en el que sucedió, la tradición local asegura que se produjo en la aldea de Llueves, próxima a Cangas de Onís.

En la foto de la izquierda que adjunto, la Cruz y una tosca inscripción recuerdan el lugar del regicidio.

También algunas hipótesis relacionan la muerte de Favila como una causa política; los regicidios fueron una constante en este reino. Lo cierto es que la muerte de Favila benefició al futuro Alfonso I de Asturias, hijo del duque Pedro de Cantabria, el noble más poderoso de la región. Alfonso I de Asturias estaba casado con la hermana de Favila, Ermesinda.

El rey Favila pasó a la historia con más pena que gloria, ya que no fue importunado por los árabes que guerreaban por entonces en Francia. Recibió sepultura en la Iglesia de la Santa Cruz de Cangas de Onís. Construida sobre un dolmen, y que él mismo ordenó erigir junto con su esposa, la reina Froiluba.






D. José Santiago Garnelo y Alda, el “artista más oculto de su tiempo” y maestro que fue de Salvador Dalí y Pablo Ruiz Picasso

Como curiosidad, tres pinceladas:

·        En 1882 recibe el título de Bachiller en el Instituto Aguilar y Eslava de Cabra.

·        Aparte de una parte importante de sus obras que se pueden apreciar en la Casa de las Aguas, que alberga el Museo Garnelo, podremos ver dos destacados cuadros suyos que han sido cedidos por el Museo del Prado para este museo de la ciudad de Montilla, que lo nombró Hijo Predilecto. Uno de ellos, sin duda el más impresionante, es el cuadro La muerte de Lucano, de considerable tamaño, que es una obra donde caben resaltar bellezas notables de todo género. La sobria distribución de la luz y la fuerza del claroscuro dan a la obra un tinte sorprendente de solemnidad. Su perspectiva aérea nos hace ver el ambiente que vaga en las tristes circunstancias y que refleja en su cuadro, conmoviendo al público con la perfección melodramática y el carácter decorativo que plasma en la muerte del poeta.

·        Más mundana es esta anécdota que le pasó con Pablo Ruiz Picasso, quien ya empezaba a tener fama y que, en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid en 1915 —en la que Picasso presentó su cuadro Mujer en azul—, recibió una mención honorífica por su obra. Pero Garnelo obtuvo la Consideración y Honores de Primera Medalla por su cuadro Manantial de amor. Picasso hizo un feo a quien fuera su maestro y a la propia exposición, no yendo a recoger su premio e incluso dejando abandonado su cuadro en la sala.




Juana I de Castilla: la reina legítima de España que estuvo confinada en un palacio de Tordesillas

Cuarenta y seis años recluida en una casona-palacio-cárcel de Tordesillas, vestida siempre de negro y con la única compañía de su última hija, Catalina, hasta que esta salió en 1525 para casarse con Juan III de Portugal.

El 12 de abril de 1555, Viernes Santo, a los 76 años, en Tordesillas, pronunció sus últimas palabras: «Jesucristo crucificado, ayúdame». Falleció Juana I de Castilla, quien había nacido el 6 de noviembre de 1479.

Hija de los Reyes Católicos, tercera en la sucesión, la muerte de sus hermanos Juan e Isabel y de su sobrino Miguel de la Paz la convirtieron, desde el año 1500, en la única heredera de las coronas de Castilla y Aragón, así como señora de Vizcaya, título unido a la corona de Castilla. En 1516 pasó a ser nominalmente reina de Navarra. En teoría, es la primera reina de las coronas que conformaron la actual España.

Murió siendo reina hasta su fallecimiento, aunque no ejerció ningún poder efectivo. Muchos documentos oficiales llevaron su firma y la de su padre o, en su caso, la de su hijo. Tanto su padre, Fernando el Católico, como su hijo, Carlos I de España y V de Alemania, se encargaron de que siguiera encerrada en Tordesillas desde 1506 hasta el fin de sus tristes días.

En contadas ocasiones salió de su encierro. Una de ellas fue en 1520, cuando el levantamiento comunero la sacó de su cárcel y le pidió encabezar la revuelta, pero ella se negó. Cuando su hijo Carlos derrotó a los comuneros, volvió a encerrarla. Más adelante, Carlos ordenó que la obligasen a recibir los sacramentos, aunque fue mediante tortura.

Fue apodada «la Loca» por una supuesta enfermedad mental alegada por su padre y por su hijo para apartarla del trono y tener la excusa de mantenerla encerrada en Tordesillas de por vida. El confinamiento de doña Juana, por su presunta incapacidad mental, era esencial para la legitimidad en el trono castellano, primero de su padre y después de su hijo. Podemos afirmar que tanto Fernando el Católico como Carlos I usurparon el trono con esta artimaña, un trono que, en realidad, correspondía a Juana.



La Manquita, o una catedral inacabada 

Hoy, una vez más, he paseado por el centro de Málaga. Y como siempre, acabo ante su hermosa catedral. Y es que desde que leí el relato titulado ¡Yo quiero volver a Málaga! de Francisco Candel, incluido en su libro "Treinta mil pesetas por un hombre", sentí un cariño por la Catedral de Málaga, yo diría casi como si fuese el del malagueño que retrata en su relato, porque los malagueños tienen una pasión con su catedral. Cariñosamente la llaman "la manquita" porque una de sus torres, la de la derecha, está inacabada. Por la semejanza a una persona manca o sin brazo es por lo que con cierto romanticismo la han apodado la manquita. Aunque la verdad debería llamarse la inacabada. 

De por qué está inacabada la torre sur. Hay varias versiones; la primera que me contaron creo que es la más verosímil, pero cualquier otra podría ser también válida. Lo cierto es que, desde que se iniciara su construcción, allá por el año 1528, sobre los cimientos de la mezquita aljama, la Mezquita Mayor, hasta 1782, que se dieron por acabadas las obras de la catedral, la realidad es que no es así.

Podemos observar que una de sus dos torres está incompleta; por mi parte, creo que debería seguir así, porque esa es otra: hay quienes querrían verla acabada, pero en realidad es un símbolo de la ciudad de Málaga e incluso apostaría a que muy pocos se han fijado en que la torre está sin acabar.  Pretender acabarla sería como pretender enderezar la torre de Pisa.

La primera teoría que me contaron fue que Bernardo de Gálvez, un militar nacido en Macharaviaya (Málaga) que era gobernador de la Luisiana, ayudó a Estados Unidos a ganar la Guerra de la Independencia contra los ingleses, y se dice que para ello se donaron cuatrocientos mil reales. ¡El dinero provenía de la catedral de Málaga!, renunciando a la construcción del segundo campanario. En agradecimiento, se le puso su nombre a la ciudad Galveston (en el estado de Texas) y se ganó un lugar en la sala de los héroes del Capitolio.

Como prueba refutable, existe una pequeña placa que los americanos dieron a la ciudad de Málaga "en gratitud por la ayuda económica proporcionada por Gálvez en la Guerra de la Independencia de EEUU". Dicha placa se encuentra en el patio interior de la catedral que da acceso a la Iglesia del Sagrario. 

Otra versión que me contaron fue que en el siglo XVII Málaga fue azotada por terribles epidemias que castigaron y asolaron a su población, la peor de todas la Peste Negra, que costó muchas vidas a los malagueños, destinando todo el dinero para la construcción del segundo campanario para paliar los estragos de tan terrible plaga que azotaba Málaga. 

Quizás nunca sabremos si una u otra versión es la verdadera; además, me comentan que hay algunas otras versiones, así que es un dilema que no viene al caso. Lo cierto es que la catedral de Málaga está inacabada y que el gracejo de los malagueños ha llevado a apodar “la manquita” a su catedral.

Así pues, como recomendación, si vais a Málaga, no solo visitéis sus estupendas playas; a ser posible, ver su catedral, que es una de las más ricas catedrales de estilo renacentista-barroco que existen en España. Además de ser un Bien de Interés Cultural y declarado Monumento Histórico Artístico desde el 3 de junio de 1931, es el monumento más importante y representativo de toda la ciudad de Málaga, y como curiosidad, está considerado este templo catedralicio uno de los quince templos europeos con mayor altura en sus naves.




Lucena como no te voy a querer

Vivir, estar o participar en todos aquellos hechos importantes que son la historia de un pueblo o de un país es una entelequia, ya que no nos es posible vivir eternamente, pero hete aquí que lo que es evidente es que lo que le debemos al juego de nuestra imaginación es incalculable y solo por ella y con ella podemos vivir, ensoñar, fantasear, coexistir y habitar un pasado.

Me he permitido unas pinceladas de un pasado. Un pasado de una gran ciudad, Lucena (Córdoba), un pasado que, de poder haberlo vivido tal como lo narro a continuación, es una utopía.

“Me hallo aquí enaltecido de poder viajar al pasado. No, no sabría deciros en qué siglo me encuentro, pero estoy seguro de que debo estar entre el siglo IX y el siglo XII. Me dirijo hacia Eliossana". (La Perla de Sefarad), tengo una carta de recomendación que debo entregar a Ibn Gayyat. Pasaré un tiempo en su afamada Escuela Talmúdica, me dedicaré en cuerpo y alma al estudio no solo de la religión, sino que también abarcaré las ciencias y la poesía.

Muchos años más tarde descubriré que en su cementerio judío descansan mis restos; habrían de pasar

muchos siglos para que yo mismo lo supiera. Sí fue en el año 2006 del siglo XXI, aquel perro quien escarbando la tierra halló lo poco que quedaba de mi osamenta, cogió mi fémur en su hocico y se alejó de mi sepultura. Hoy me ha alegrado saber que es sin duda la mayor necrópolis judía excavada y la mejor conservada de Europa. Son casi cuatrocientas tumbas las que han hallado, posiblemente de la época de mayor esplendor de Eliossana, lo que me lleva a pensar que debí vivir y morir en los años comprendidos en el siglo X. No me es permitido recordar mucho más de esta época.

No comprendo muy bien qué hago aquí, ¿acaso se me ha dado la oportunidad de vivir otra vida?, ¿o soy un mero viajero del tiempo? Si bien ya no sé si soy protagonista o un mero observador. Oigo el fragor de la batalla, estoy en 1483, es el mes de abril, me veo junto a un río llamado Martín González. He visto cómo ha caído de su caballo herido de muerte Aliatar, suegro de Boabdil el Chico, el último sultán del reino nazarí de Granada. La mala suerte de este rey estuvo echada cuando quitó el trono a su padre y estuvo en disputa por este con él, como con su tío el Zagal.

Volviendo a la batalla, Boabdil comprueba que sus huestes huyen en desbandada; él intenta escapar, pero su caballo queda atascado en el fango y trata de esconderse entre la vegetación, pero el peón de infantería natural de Lucena, llamado Martín Hurtado, con la ayuda de otros infantes, consigue reducirle. La lujosa vestimenta hace pensar a los peones que el prisionero es alguien importante. Diego Fernández de Córdoba y Arellano, Primer marqués de Comares, lleva al prisionero creyendo que se trataba de alguien importante a una mazmorra del castillo de Moral, fortaleza de su propiedad.

Por aquí ando ahora, enredando en este castillo denominado como el castillo de Lucena; su peculiaridad es que se encuentra ubicado en el casco histórico. He sabido que se construyó en 1148 tras la llegada del imperio almohade. Fernando III de Castilla lo conquistó en 1240. Fue donado a la Orden de Santiago. En 1342, lo adquiere a cambio de unos terrenos la amante del rey Alfonso XI, Leonor de Guzmán, que también había adquirido el castillo de Cabra; precisamente en este último lugar nació su hijo ilegítimo con el monarca, el que sería el futuro Enrique II.

Leonor mantuvo la propiedad del castillo hasta su fallecimiento en 1351, cuando regresó a la Corona. En 1371, el rey Enrique II lo donó a Juan Martínez de Argote y este, cuatro años más tarde, a su hija María Alfonso de Argote, que había contraído matrimonio con Martín Fernández de Córdoba, alcaide de los Donceles, quedando ya unido a este linaje familiar.

He visto a Boabdil antes de partir hasta el castillo de Baena, ya que ha sido identificado por sus propios soldados. Las noticias que he conocido antes de abandonar esta época son que, posteriormente, lo entregaron a los Reyes Católicos. En sus ojos leí lo que más tarde supe, que él sería el último sultán del reino nazarí de Granada.

Sigo mi periplo viajero; me hallo en el palacio de los condes de Santa Ana. Es un palacio barroco del siglo XVIII. Lo han construido la familia Mora-Saavedra, entre 1730 y 1750. Provienen de un linaje criptojudío y judeoconverso; atraídos por la fama que tuvo la ciudad en tiempos anteriores y la añoranza de morar en tierra de sus antepasados, han decidido establecerse en Lucena.

La fachada es magnífica; desde la portada se accede a un vestíbulo que da paso a un primer patio o

apeadero, tras el cual se ubica el segundo patio, de planta cuadrada de composición estilística poco convencional. Entre ambos patios hay una escalera monumental dispuesta en perpendicular respecto al eje de la casa, una bóveda decorada con unas aparatosas yeserías, de un incipiente rococó, por lo que cabe fecharlas una vez mediado el siglo XVIII, quizás en torno a 1760. Por su estilo podría atribuirse a Francisco José Guerrero o a su discípulo Pedro de Mena. Esta escalera se enriquece asimismo con mármoles y azulejos en los peldaños, así como con barandales de bronce.

¿Qué hago aquí? He venido a traerle a D. Antonio Rafael de Mora y Saavedra, quien posee un gabinete de antigüedades, una estatua romana de Eros dormido, de mármol; está datada del siglo II. Está esculpida en mármol blanco de grano muy fino y cristalino.

Supe que la estatua romana desapareció; quizás fue escondida tras la invasión napoleónica de Lucena en los inicios del siglo XIX. Me ha congratulado saber que en el año 2010, con motivo de la intervención arqueológica del edificio para su rehabilitación como centro de interpretación de la ciudad, esta ha aparecido.

Sabed que es al hijo de D. Antonio, D. Juan María de Mora y Pantoja, a quien le fue concedido el título nobiliario de Condes de Santa Ana de la Vega por el Rey Carlos IV el 23 de enero de 1805, pero entre la concesión y la expedición del título muere Juan María de Mora, por lo que se expide a nombre de su hijo Antonio de Mora Oviedo y Castillejo.

Estoy ahora en la Casa de Mora. ¡Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que estuve aquí! Hoy es 31 de julio de 2022. Los recuerdos me han venido a la mente. Corría el año 1599. El padre prior nos ha ordenado al hermano Juan y a mí que bajemos a la cripta; debemos colocar los restos mortales del hermano Martín en su lugar de reposo. Su cuerpo ya ha pasado el periodo colicuativo, es decir, ya ha soltado todos sus líquidos.

La cripta está excavada en el subsuelo del claustro; se trata de un espacio de unos 4x3 metros de forma rectangular, se accede por una escalera excavada y está cubierta con una bóveda de cañón. Me ha parecido hasta más grande verla vacía, solo habilitada como puesta en valor de lo que fue. Este edificio anexo a la Iglesia de San Pedro Mártir de Verona fue el antiguo convento dominico fundado en 1575 por el obispo de Córdoba; hoy he sabido que en 1836, por el decreto de exclaustración, pasó a formar parte de los Bienes Nacionales. En 1844 se subastó y pasó a la propiedad de Juan de Navas García. El edificio, antes de pasar a la titularidad municipal, fue fábrica de anises, molino de aceite y bodega. Conserva un espléndido patio manierista porticado con arcos de medio punto y columnas sobre basamento de pedestal. En su centro conserva una fuente rodeada de jardín y palmeras. Actualmente, el edificio se ha rehabilitado. El proyecto ha recuperado el patio central porticado y un segundo patio trasero como espacios verdes abiertos para el disfrute de todos los ciudadanos. El resto del edificio se diseña de manera versátil para diversos usos funcionales, tales como exposiciones, docencia, usos sociales, reuniones, etc., con un total de 11 salas repartidas en las tres plantas. En realidad, solo el patio y la cripta me recuerdan a cuando yo lo habité, pero sin duda su puesta en valor ha evitado su pérdida, ya que más de una década cerrado por su estado ruinoso le hubiesen llevado a su desaparición”.

Tras este delirio, una realidad: tú también puedes llevar tu imaginación a límites insospechados, tú también puedes rememorar, fantasear, soñar…

Te animo a vivir los grandes acontecimientos del pasado, no solo de esta ciudad, sino de todas aquellas que han apostado por la puesta en valor de su patrimonio histórico y que nos facilitan los medios para vivir los grandes acontecimientos del pasado, de un pasado que, como en el caso de la hermosa ciudad por la que hoy he caminado, entre su pasado, su presente, y aun cuando no vivas en ella, acabará enamorándote, para decir sin rubor: "Lucena, cómo no te voy a querer".




Mauregato
(El rey depravado)

Tras don Pelayo, Mauregato fue el sexto rey del incipiente reino de Asturias. Mauregato era hijo bastardo del rey D. Alfonso I y de una mora esclava suya. Mauregato, apoyado por parte de la nobleza asturiana, se hizo proclamar rey, apropiándose del poder en Asturias.

Veamos antes un breve resumen de cómo Muregato llega al poder. Como es sabido, el primer rey de Asturias es D. Pelayo (718-737). A su muerte, su hijo Favila les sucede 737-739. Tras el rey Favila, le sucede Alfonso I, 739-757.

En el periodo comprendido entre los 757 y 768, escogido por la nobleza asturiana, reinó Fruela I. Fruela temía que su hermano Vimarano pudiera disputarle el trono por las muchas simpatías. No tuvo mejor idea que asesinar a su hermano Vimarano; eso ocurrió en el año 765.

En el año 768, Fruela fue asesinado por sus parientes en venganza por la muerte de su hermano Vimarano.

Le sucede en el reinado Aurelio, que era primo hermano de Fruela I. Aurelio reinó entre el 768 y el 774, año en que falleció por enfermedad.

Entre el 774 y el 783, Silo reinó en Asturias. Silo sucedió al rey Aurelio al acceder al trono por estar casado con Adosinda, hija del rey Alfonso I el Católico.

Antes de fallecer Silo, la reina Adosinda consiguió hacer elegir rey a su sobrino Alfonso. El joven Alfonso II el Casto (hijo de Fruela I el cruel), pero una revuelta dio el trono a un depravado rey del que os hablo en esta narración. Mauregato.

A él se le atribuye el llamado tributo de las cien doncellas. Según la leyenda, Mauregato habría pactado la ayuda del emir de Córdoba, Abderramán I, a cambio de dar un tributo anual de cien doncellas cristianas.

El Tributo de las cien doncellas ha sido un tema de controversia para los historiadores, divididos en dos posiciones, los que han intentado demostrar la veracidad de los acontecimientos adscritos al tributo y los que se han esforzado por negar su autenticidad. El tributo habría consistido en el reconocimiento por parte del Reino de Asturias de la supremacía del Emirato de Córdoba. A cambio de mantener su reino independiente y en paz con los árabes, debía enviar a Córdoba cien muchachas vírgenes, de las cuales cincuenta debían ser humildes y las otras cincuenta de noble cuna. El tributo se habría llevado a término durante varios años, y es catalogado como “infame” a los ojos de los hombres, y “pecado” a los de Dios.

Es por esto que Mauregato sea conocido como un rey nefasto, un monarca tirano y traidor para la cristiandad.

En una próxima narración os contaré cómo el rey Ramiro I consigue la anulación del tributo.

(Un inciso, la novela La visigoda, de Isabel San Sebastián, nos acerca a este tiempo en el que la gloria y el horror se daban la mano. Alana, la hija de la jefa de un clan astur y un caballero visigodo, es ofrecida como parte del tributo de las cien doncellas al emir de Córdoba Abderramán I). Recomiendo su lectura.



Palacio de Cambre

Sin duda, todo un acierto para disfrutar de un lugar tranquilo en plena naturaleza. Un sueño, entre el pasado y el presente, un lugar idílico para descansar, donde el sonido del río te ayudará a relajarte y te anima a meditar.

El Palacio de Cambre en Soto de Cangas; el origen fue una torre del siglo XV-XVI que recibió ampliaciones en el siglo XVII y posteriores. Hoy reformado en alojamientos, apartamentos de 1 y 2 dormitorios con un exquisito gusto y con todas las comodidades actuales, incluida wifi gratuita. Con capacidad para 3, 4 o 5 personas. Todos los alojamientos disponen de cocina equipada con nevera, horno, microondas y hervidor de agua, lavadora, sala de estar con sofá cama y TV de pantalla plana, baño privado y ducha. Parking gratis.

Soto de Cangas pertenece al concejo de Cangas de Onís. Está situado al pie de la carretera AS-262, a 4 km de Cangas de Onís, a 6 de Covadonga y a 18 km de los Lagos de Covadonga, donde podrás subir en bus cuya parada está situada a menos de un km.

El pequeño pueblo de Soto de Cangas es un pueblo rico en patrimonio arquitectónico, entre el que destacan el Torreón de la Jura, el Palacio de Cambre, del siglo XVI, el Palacio de los González Cutre, del siglo XVIII, la Iglesia de San Andrés, del siglo XVI, y un antiguo puente. En el Campo de la Jura se dice que se produjo la proclamación de don Pelayo como rey de los astures.

Desde mi ventana en Palacio de Cambre en Cangas de Soto. Te invito a pasear en la noche cerrada,

parar en el antiguo puente que hay sobre el río Covadonga, llamado también río Reinazo, y escuchar el murmullo continuo de sus aguas.

Quizá sea el más pequeño de los muchos ríos que hay en Cantabria, pero como todos es un espectáculo libre y natural. Sus aguas cristalinas, su fluir eterno, su belleza, su frescor y su continuo murmullo te trasladan al mundo de los sueños y ahí somos libres.

He cerrado los ojos y estoy ahí, a la orilla de ese río, oliendo a verde, sintiendo ese remanso de paz que anhelo. Son muchos los sueños que se me agolpan, las frases brotan en mi mente para describir lo que siento, mas sé que no estoy capacitado para que mi pluma plasme en un escrito mínimamente literario esa eterna canción que me cautiva, que me sosiega, que es el embrujo del río y la naturaleza.

Visita, descansa y relájate en Palacio Cambre en Soto de Cangas. Su puntuación, por quienes hemos estado en él, está en 9,7 de media, y al día de hoy se queda corta.




Salar

Tal como reza en sus folletos propagandísticos, he querido titular este artículo, para contaros la visita que hice a este pequeño municipio que se halla entre Loja y Huétor Tájar en la provincia de Granada, para visitar su Villa Roma de Salar.

Aunque su población no exceda de los 2600 habitantes, grande es su historia, pues todas las civilizaciones dejaron su huella desde el neolítico: íberos, romanos, árabes, cristianos. Y así el paso del tiempo ha llevado a este municipio hasta nuestros días.

Pero sin duda lo que lo ha puesto en relieve es el hallazgo a principios del siglo XXI, cuando se iniciaron las obras de una estación de aguas residuales, de unos restos arqueológicos que permitieron sacar a la luz un área importante de una lujosa villa romana de las primeras décadas del siglo I después de Cristo y que sufre una reestructuración en torno a inicios del siglo III d.C.

Los trabajos arqueológicos que empezaron en el año 2006 se culminaron en el 2011, pero el proyecto de excavación y puesta en valor de la Villa de Salar continua al día de hoy, de hecho de las tres zonas excavadas, la tercera que está acometiéndose y estudiándose presenta un edificio que en principio se pensó que podría ser la parte menos noble de la villa, la dedicada al servicio, aperos, etc., pero que por lo hallado podría tratarse de un edificio religioso o bien de un edificio de la época visigoda porque puede estar datada en el siglo V d.C. (esto es un atrevimiento por mi parte, por lo que he deducido tras las conversaciones mantenidas con un visitante bastante más versado que yo, y que este dejaba caer a la arqueóloga que nos hacía de guía).

Mi pretensión es animaros a aquellos a quienes os interese este tipo de turismo cultural, que merece la pena pasarse por este municipio no solo para, como en el caso concreto de la Villa Romana, que nos llevará a recordar el pasado de una Hispania romana, sino también a evocar la grandeza que tuvo la provincia de la Bética, siendo una de las provincias más importantes del mundo romano, tanto política como cultural y económicamente. La Bética, como es sabido, comprendía más del 75% del territorio de la actual Andalucía y una parte de Extremadura.

Además, también podrán admirar la Iglesia de Santa Ana, junto a la cercana Casa-Palacio de los Pérez del Pulgar y su Torreón Árabe, ambos edificios del siglo XIII.

Pero, sin duda, para aquellos a quienes lo que les guste sea el turismo rural, les animo a disfrutar del entorno natural cercano al pueblo en el Parque Carolina Trassierra Nieto, junto al arroyo de Salar, caminar junto a este por el sendero habilitado, subir al cercano Manantial del Bañuelo, a Fuente Alta, que si bien yo no pude visitar, les puedo asegurar que me he quedado con la miel en los labios tras haber contemplado estos paisajes en diferentes videos. Sin duda, prometo que esta será la próxima excusa para volver a Salar.

Déjenme, pues, que muy brevemente les comente lo que podemos ver en la Villa Romana, que, por cierto, es una de las más importantes y mejor conservadas, no solo de la Bética, sino de toda la península ibérica, y eso que hasta el día de hoy solo se ha excavado un 30%.

Desde luego, la concesión de una ayuda del Ministerio de Industria y Turismo, por valor de casi tres millones de euros, cambiará el paisaje de la excavación en el próximo año. ¿Qué sorpresas nos depararán los trabajos que se vayan a realizar?

En la villa, al menos a mí me han llamado la atención los mosaicos, como es sabido, porque es un dato indicativo del poder económico y la preeminente posición social de sus moradores, y en esta villa destacan ricos pavimentos policromos que muestran varias escenas mitológicas relacionadas con el thiasos marino; la mejor conservada es la de una nereida, probablemente Anfitrite, esposa del dios del mar, Neptuno, montada sobre un monstruo marino.
















También el impresionante pasillo mosaico que representa varias escenas de caza, en las que se intercalan elementos vegetales de paisaje con leopardos, jabalís y jinetes a caballo, en muy buen estado de conservación.

Como no podía ser de otra forma, las tres esculturas halladas hasta la fecha merecen especial atención; son esculturas femeninas semidesnudas de ninfas. Cabe destacar la recientemente descubierta Venus púdica.

Para los que somos muy curiosos, pero desconocemos casi todo, como es mi caso, me han llamado mucho la atención los restos hallados de numerosas piezas de cerámica conocidas como tubi fittili que se utilizaban en la construcción de cubiertas abovedadas, curioso sistema que permitía la construcción de las bóvedas.
















Para los arqueólogos que llevan a cabo los trabajos de excavación, esta villa romana constituye uno de los máximos exponentes para el estudio de la arquitectura doméstica de ámbito rural hispano. El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía acordó en mayo del 2021 inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural con la tipología de Zona Arqueológica la Villa Roma de Salar.

Para acabar, describiré muy someramente lo que las intervenciones arqueológicas han dejado al descubierto y que podemos ver en las visitas guiadas que se llevan a cabo. En las dependencias excavadas se identifican con una pequeña parte de lo que sería una villa en su conjunto.

Las excavaciones han dejado al descubierto una parte del pasillo del peristilo o patio central de la villa, coronado por un triclinio, o comedor principal, que cuenta con un original ninfeo (fuente-santuario dedicado a las ninfas) en la cabecera, conectado con un estanque en "U" que rodea buena parte del triclinio. En el pasillo del peristilo se ha documentado un canal perimetral, que recogía el agua de la lluvia y parte de un pabellón cubierto, situado delante del triclinio. Al noroeste y suroeste del ambulacro, la villa desarrolla dos habitaciones, ubicándose las termas en una de ellas.


Aquí lo voy a dejar; sin duda, fue un día muy aprovechado, tanto por el relax de salir de la cotidianidad como por lo aprendido. Si pueden, no dejen pasar la oportunidad de visitar la Villa Romana de Salar y de paso Salar, un pueblo mágico de España.



Zoraida, la cautiva de la Alhambra

En una de las muchas razzias efectuadas por los nazaríes en territorio castellano, una joven noble es raptada. Su nombre, Isabel de Solís.

Nada sabemos del pasado de Isabel de Solís, incluso es duda si este era su verdadero nombre. Este es el nombre con el que la conocemos desde que se convierte (de nuevo) al cristianismo tras la conquista de Granada.

Sus orígenes están divididos entre los que piensan que pudo ser de Martos, Cieza, Bedmar o Aguilar de la Frontera.

La importancia de Isabel de Solís en la historia viene dada porque, hecha cautiva en la Alhambra, el sultán Muley Hacén, padre de Boabdil, se enamoró perdidamente de ella. Isabel también se enamoró del sultán, tanto que, con el paso del tiempo, fueron conocidos como los amantes de Granada. La leyenda nos cuenta que era una mujer muy bella.

Isabel, renunciando a su fe, se convirtió al islam con el nombre de Zoraida (lucero del alba), contrajo matrimonio con el monarca que la convirtió en su esposa y favorita. Dio a luz a dos hijos llamados Sair y Nair, quienes fueron tratados como príncipes, por lo que se mantuvieron en la Corte.

Aixa, esposa del sultán y madre de Boabdil por celos medró para que su hijo le quitara el trono a su padre. Como siempre, la historia se repetía: padre contra hijo por el poder. Estas intrigas terminaron por desmembrar el reino. Y cómo no, él impuso guerrero de Isabel y Fernando.

Mientras tanto, con objeto de dar un golpe mortal a las continuas razzias y ofensivas nazaríes, 4000 infantes y 3000 caballeros, así como ilustres capitanes como Diego de Mena, Pedro de Zúñiga, Juan de Robles o Sancho de Ávila, tomaron Alhama, considerada la llave de Granada. Muley Hacén trató de recuperarla sitiándola, pero el mismísimo rey Fernando con cerca de 50000 hombres se acercaba a socorrer aquella avanzadilla.

En 1482, con la pérdida de Alhama, Boabdil se subleva en Guadix y se hizo con el trono en Granada.

Muley Hacén y su hermano El Zagal se establecieron en Málaga defendiendo aquel territorio con resultados favorables. Mil quinientos hombres cayeron a manos de las tropas lideradas por el Zagal.
Aliatar, suegro del rey Boabdil, anima a este a demostrar que él también podía obtener una victoria contra los cristianos. Al frente de un ejército salió de Granada por Puerta Elvira a Lucena, pero sus tropas cayeron derrotadas y Boabdil fue capturado. Supuso el principio y el fin del Reino de Granada.

Tras la captura de Boabdil, Muley Hacén volvió a ocupar el trono de Granada.

Dejemos por un momento cómo se fue gestando la caída del Reino de Granada y volvamos al principio de esta narración con Isabel de Solís ya convertida en Zoraida.
Tras la muerte en 1485 de Muley Hacén, su hermano el Zagal es nombrado como sucesor. Zoraida se acogió a la protección de su cuñado; este le propuso matrimonio, pero ella lo rechazó. Ella y sus hijos se mantuvieron en la Alhambra hasta la capitulación del Zagal en diciembre de 1489, en la que el Zagal se rinde y acepta el vasallaje de los Reyes Católicos, entregándoles sus territorios de Almería y Guadix. El Zagal se exilió en Fez en 1491. Zoraida permaneció en Granada.

Con la toma de Granada en 1492 por los Reyes Católicos, los hijos de Zoraida, Said y Nair, fueron bautizados en Santa Fe, el 30 de abril de ese año, pasando a llamarse Fernando y Juan respectivamente. Zoraida decidió entonces volver a la fe católica y adoptó el nombre de Isabel. En algunos textos se la cita como Isabel de Granada. Residió en Córdoba y Sevilla. La corona castellana se encargó de su mantenimiento.

Poco más se conoce de Isabel de Solís; hasta se desconoce el lugar de su fallecimiento.

Entradas populares de este blog

BREVES FRAGMENTOS DE LA HISTORIA DE CABRA (LIBRO)

Inicio

Cartas Proféticas Pananeñas