SEPTIEMBRE EN CABRA (RECOPILACIÓN)
Cuando
nuestras calles se llenan de emigrantes, cuando el olor a nardo embriaga tus
sentidos, cuando el revolear de la bandera al ritmo del sonido del ronco
tambor… todo anuncia que el día grande de Cabra está a la vuelta de la esquina.
El cuatro de
septiembre supone para nosotros el encuentro con nuestra Patrona, la Virgen de
la Sierra. El gran repique de campanas desde las espadañas de todos los templos
de Cabra anuncia tu llegada. Cabra se viste de gala.
El día 4 de
septiembre, multitud de personas se trasladan al Picacho para acompañar a su
Patrona. En los aledaños del santuario, la gente se agolpa esperando que den
las cuatro, cuando, por la puerta de piedra —antiguo acceso a la ermita
primitiva de María Santísima de la Sierra— hará su salida la Sagrada Imagen.
Comenzará, como cada año, “La Bajá”.
Repican las
campanas de la ermita durante su salida y, junto con los vítores a la Virgen, a
todos nos embarga la emoción:
¡Virgen de
la Sieeeeeeeeeerra!
¡Guapa y bonita, y bonita, y olé, y olé!
¡Viva la Virgen de la Sierra!
¡Viva! ¡Viva!
¡Viva la Paloma Blanca!
¡Viva! ¡Viva!
¿Cómo
describir los sentimientos que cada uno de los egabrenses profesamos a la
Virgen? Amor, ánimo, confianza, consuelo, esperanza, expectación, ilusión,
seguridad…
Comienza el
camino.
Además de
acompañarla con diferentes cantos típicos, no cesarán de vitorearla y pugnarán
por llevarla. Los costaleros ceden las andas a aquellos peregrinos que quieran
portar a la Señora con amor y con cariño. En los cordeles —cuerdas que se atan
a la parte trasera del paso para retener un poco el ritmo— multitud de personas
buscan un hueco donde colocar su mano para acompañar a la Señora, además de
proferir cantos y vítores durante todo el recorrido.
Desde debajo
de los varales, para evitar aglomeraciones delante del paso y avanzar a un
ritmo lógico, un grito de “¡Aire!” ocasiona de manera automática una pequeña
avalancha de empujones y jolgorio que, muy lejos de lo que pudiera parecer,
sirve de aliento y ánimo a los costaleros.
En la
Viñuela, jinetes y amazonas esperan a la Virgen para unirse a la larga comitiva
de peregrinos que la acompañarán hasta su entrada en Cabra.
La Virgen,
entre una nube de polvo, entre monte bajo y olivares, sol y calor —que se
mitigará con los miles de litros de agua fresca que los costaleros ofrecen
todos los años— llega a los lugares de parada del camino: La Viñuela, Los
Colchones, La Salve… donde se descansará y las gargantas se refrescarán para
continuar con sus vítores:
¡Virgen de
la Sieeeeeeeeeerra!
¡Guapa y bonita, y bonita, y olé, y olé!
¡Viva la Virgen de la Sierra!
¡Viva! ¡Viva!
¡Viva la Reina del Cielo!
¡Viva! ¡Viva!
Y sus
cantos, como este de tiempos remotos:
“Al pasar
por la Viñuela
el sombrero me quité,
y a la Virgen de la Sierra
una Salve que recé.
¡Que viva Cabra, viva mi tierra,
viva la Fuente del Río
y la Virgen de la Sierra!”
Sin duda, el
lugar más emblemático del camino es el cortijo de La Salve, donde la Virgen es
portada por las mujeres mientras se canta la Salve: un canto monótono que
consigue imbuir a los romeros en un ambiente de oración. Tras la Salve, por
sevillanas se le canta a la Virgen Serrana coplas que alegran el alma.
Tras este
último receso, se aligera el paso, y la Virgen de la Sierra, sobre las 19:30
horas, hará su entrada en el popular barrio que lleva su nombre. Multitud de
personas esperan su llegada: personas mayores que ansiaban verla un año más, y
que acaban sus rezos con promesas hechas verso:
Madre amada
de la Sierra,
no nos niegues tu favor.
Donde florece la fe
Tengo nardos en mi casa
para que huela a septiembre,
a presencia que no muere.
donde el alma se serena,
donde el silencio pronuncia
tu nombre, Virgen de la Sierra.
aunque tus pasos no suenen,
mi hogar guarda tu perfume
como un suspiro que vuelve.
una flor de aroma persistente:
es el eco de una fe
que florece dulcemente.
y me abraza su fragancia,
imagino entre las nubes.
a mi Virgen Serrana.
Cuatro de septiembre
Hoy, 4 de
septiembre,
Cabra aguarda tu llegada;
ya se anuncia
con un gran repique de campanas
desde todas las
espadañas de los templos
de Cabra.
Ya suben
peregrinos
por Góngora,
haciendo el camino;
otros, por Caño Gordo,
en autobuses previstos,
con la ilusión
de bajar contigo.
El cuatro, a
las cuatro,
entre miles de romeros
y a hombros de sus costaleros,
la Virgen inicia la Bajá
por un zigzagueante camino
entre quejigos y olivos.
Desde el
Picacho
a la Viñuela,
el Peñón de la Beata,
Los Colchones,
la Salve, Góngora
y hasta la Barriada,
los peregrinos
no paran de gritar:
¡Virgen de
la Sieeeeeeeeeerra,
guapa, guapa y bonita,
y bonita, y ole, y ole!
En su
entrada triunfal,
una voz animada
grita sin parar:
¡Viva la
Virgen de la Sierra!
¡Viva nuestra Madre!
¡Viva la Reina del Cielo!
¡Viva la Paloma Blanca!
¡Viva nuestro Divino Consuelo!
Y al unísono
contesta el pueblo entero:
¡Viva, viva,
viva...!
A por la Virgen
Ya suben
peregrinos
por el camino de Góngora,
haciendo el camino;
otros, por Caño Gordo,
en autobuses previstos,
con la ilusión
de bajar contigo.
He portado a la Señora
He portado a
la Señora,
mi hombro dolorido
y mi corazón henchido,
por haber recorrido,
aunque solo fueran unos metros,
y haberte mecido.
Los
egabrenses ya tenemos en Cabra a María Santísima de la Sierra.
Que un
repique de campanas
desde todas las espadañas
de los templos de Cabra
nos anuncie tu llegada.
Gritad, pueblo entero:
¡Viva la
Virgen de la Sierra!
¡Viva nuestro Divino Consuelo!
Yo siempre
he querido vitorearla
y mi voz se me apaga,
y gritar no puedo.
Ronroneo,
mi voz se me apaga,
gritar yo quiero:
¡Viva la
Virgen de la Sierra!
¡Viva la Patrona de Cabra!
¡Viva el Consuelo Divino!
¡Viva la Reina del Cielo!
¡Viva la Salud de los Enfermos!
¡Viva la Causa de nuestra Alegría!
¡Viva la Madre de Dios!
¡Viva nuestra Madre!
Y al
unísono,
contestad, pueblo entero:
¡Viva, viva,
viva...!
Qué bonita
está la Virgen
cuando baja entre olivos,
a hombros de sus costaleros
y devotos que gritan al unísono:
¡Viva la
Virgen de la Sierra!
¡Viva Nuestra Madre!
¡Viva la Reina del Cielo!
¡Viva la Paloma Blanca!
¡Viva nuestro Divino Consuelo!
Qué bonita
está la Virgen
cuando baja a nuestro pueblo.
Yo siempre he querido vitorearla
y mi voz se me apaga,
y gritar no puedo;
por eso, desde estos versos
quiero decir:
Gritad,
pueblo entero:
¡Viva la Virgen de la Sierra!
¡Viva nuestro Divino Consuelo!
Qué bonita
está la Virgen
en el altar mayor.
Me arrodillo y le rezo,
le hago mi petición
y ronroneo;
mi voz se me apaga
y gritar yo quiero:
¡Viva la
Virgen de la Sierra!
¡Viva Nuestra Madre!
¡Viva la Reina del Cielo!
¡Viva la Paloma Blanca!
¡Viva nuestro Divino Consuelo!
Septiembre en Cabra
El cuatro, a
las cuatro,
es la hora de partida,
comienzo de un mes
que llena las calles de Cabra
de vecinos y forasteros,
que fueron paisanos nuestros
o hijos de aquellos
que a otras tierras se fueron
buscando un mejor
medio para su sustento.
Vuelven a su
tierra
a revivir sus recuerdos,
a ver a su Virgen guapa,
a su Paloma Blanca,
a su Virgen de la Sierra,
a la Patrona de Cabra.
El bullicio
en las calles,
los saludos y abrazos
a los venidos de fuera,
rememorando viejas gestas
que con esos amigos
que se fueron, hicieras,
y más si hace años
que ya no los vieras.
Esperando a
la Virgen,
que ya llega,
con una copa de vino
refrescando tu garganta,
para gritarle cuando esté a tu vera:
¡Viva la
Virgen de la Sierra!
¡Viva el Divino Consuelo!
¡Viva la Reina del Cielo!
¡Viva Nuestra Madre!
¡Viva la Madre de Dios!
¡Viva el Orgullo de los Egabrenses!
¡Viva, viva, viva!
Acróstico: A mi Virgen guapa
Va oliendo a nardos,
Ilusión que no me falla,
Rayos de esperanza,
Gentío que llena las calles
Esperando tu llegada,
Nada queda al alzar.
Días de expectación
Esperando tu aparición.
La Paloma Blanca,
Alivio de mis penas.
Sueño de confianza,
Ilusión ya no me falta,
Esperando tu arribada,
Ruego tu favor,
Ronroneando en voz alta
A mi Virgen guapa:
¡Viva la
Virgen de la Sierra!
¡Viva la Paloma Blanca!
¡Viva nuestro Divino Consuelo!
¡Viva nuestra Madre amada!
El revolear de
la bandera, el ronco sonido del tambor, que en mi memoria no se parece al de
antaño, el olor a nardos, ya anuncian tu llegada.
En este video oirán el toque del tambor, realizado por el Antonio Álvarez Castro (El Redoblante), como se hacía antes.